SIEMPRE HAY CAMINOS

SIEMPRE HAY CAMINOS
La historia está basada en un triángulo amoroso formado por un aventurero celendino llamado Calendario, su conviviente conflictiva Micaela y una desconocida que llega un día y se queda en la casa, sin revelar su origen solo dice llamarse Eulalia Díaz. Domi, es una niña de 5 años, hija de Micaela, quiere entrañablemente a Candelario porque él juega y es tierno con ella. La niña es maltratada por la madre, en medio de problemas mayores, un par de ojos confundidos y atemorizados. Calendario, es un trotamundos característico de los naturales de la región de Celendín.  Es un narrador de miles de fantásticas aventuras que no se sabe si inventa o recuerda. Candelario y Eulalia eran amantes. Eulalia era una persona misteriosa e hierática. Finalmente la desconocida huye de la casona de la loma y Candelario siente la atracción de una nueva vida junto a ella, toma si caballo y sale a buscarla. El celendino y la misteriosa mujer terminan siendo un símbolo de los andariegos montañeses y de la libertad del sentimiento. Candelario llega a un punto de la serranía en donde se enfrenta con tres caminos. No hay rastros de la desconocida; entonces descubre que ya lo importante no es hallar a la mujer, sino aprovechar el incentivo de su presencia para dejar una vida vulgar. Es así como Candelario escoge uno de los tres caminos y respira el aire de los que anhelan una vida nueva.

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